Los laicos en Cuba, como levadura en la masa.

Catolicos cubanosEn Cuba al implantarse la ideología marxista se generaron varios conflictos que alcanzaron a la Iglesia Católica y a sus fieles. Entre los efectos causados por las confrontaciones ideológicas entre el gobierno y el clero, la más notable fue la expulsión del territorio nacional de la mayoría de los religiosos y sacerdotes extranjeros, seminaristas y varias de las figuras más notables de la iglesia.Durante una larga noche que duró hasta la década del 90, quedaron vacíos los templos católicos, pues la mayoría de los fieles no se atrevía a confesar públicamente su credo ni a participar en las misas.Aunque la Santa Sede y la Mayor de las Antillas, -aún esos momentos difíciles- no rompieron relaciones diplomáticas, lo cierto es que el ambiente se tornó adverso para todos los que profesaran abiertamente cualquier denominación religiosa en la isla.Sin embargo, muchos hombres y mujeres a semejanza del anciano Simeón y la viuda Ana pasaban horas cuidando los templos católicos para preservarlos del saqueo y la expropiación forzosa.

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Pero más importante aún fue su perseverancia en la oración y las obras de misericordia. Los católicos de hoy tenemos que agradecerles a ellos por haber sido valientes y haber perseverado en la tempestad. Por no haberse dejado vencer por el mal, venciéndolo con el bien. Son testimonios de vida que sostienen como columnas la iglesia católica del 2017 y un ejemplo para los laicos que hoy seguimos al Cordero. Merecen un digno reconocimiento porque dejaron de lado las tentaciones del momento, confirmaron que no hay nadie que sea más grande que Dios, que no solo de pan vivimos sino de toda palabra que sale de su boca y solo Él merece la adoración.

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Gracias a Dios todo eso cambió, y en la actualidad cualquier ciudadano en Cuba puede profesar públicamente su fe, sin ningún tipo de presión y los fieles laicos hemos ido asumiendo un papel prevaleciente. Las relaciones de la Iglesia y el Estado se encuentran en mejores condiciones y la visita de los tres últimos pontífices ha contribuido a ello también, inscribiéndose con letras mayúsculas la primera que hiciera San Juan Pablo II. Las tan ansiadas libertades que solicitaba la Iglesia y que hoy están concebidas en gran medida, han creado un campo de trabajo amplio que requiere de muchos obreros: sacerdotes, religiosos y laicos. Pero más importante aún es la existencia de una entrega sincera y sin límitesal servicio de Dios y de todos los hombres y mujeres de esta tierra. Muchos pueblos y ciudades conocen del desvelo y el compromiso de sus hijos dentro de la Santa Iglesia Católica en servicio de los demás. Los laicos en Cuba están presentes en todos los ámbitos. Podemos encontrar catequistas que enseñan las verdades de la fe, misioneros que van a los pueblos olvidados a llevar la luz del Evangelio, donde nunca ha ido un sacerdote o religioso, los que ayudan en las celebraciones litúrgicas, obreros, amas de casa, enfermos que unen sus destinos a la Cruz para la salvación personal y universal. Cuando resulta imposible que un presbítero o un diácono, realicen las celebraciones litúrgicas correspondientes, alguno de los fieles realiza una celebración de la palabra o la lectio divinacon tal de mantener viva la fe, donde incluso se distribuye la sagrada comunión por parte de los ministros extraordinarios designados por el obispo diocesano.  También tenemos en menor medida los que dan el salto de dejarlo todo, por el TODO, ingresando a las congregaciones religiosas o a los seminarios diocesanos.

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Lo que no dicen las palabras, lo expresan las acciones y la constancia con que los laicos cubanos perseveran en el amor. Así, encontramos en la comunidad de Tarafa, situada a más de 80 Km de la ciudad de Camagüey, a tres señoras que desde hace mucho tiempo sostienen la vida comunitaria en la Capilla de la Inmaculada Concepción, que es atendida por un sacerdote diocesano, quien celebra misa los martes y sábados.  Sin embargo la vida de la comunidad no se restringe a estos momentos, sino que tiene una mayor dimensión, reuniéndose los jueves para rezar el Rosario a la Virgen, impartiendo catequesis a un grupo de niños, realizando misión en las casas vecinas, dando de comer a las personas necesitadas, meditando los Dolores de la Virgen según el espíritu del Venerable Luis Amigó, rezando las horas y adorando al Santísimo. Las dichas señoras, se nombran: Adriana Benavente, Isabel Miranda y Orali Rivero más conocida por Lila. A los ojos del mundo tanta entrega es vista como un desgaste innecesario, pero al igual que la semilla en la tierra, con el tiempo ha dado frutos, que han permitido una mayor madurez en los miembros de la comunidad y la incorporación de nuevos hermanos.

Religiosa sanchina con niñas en mision

Debido a la imposibilidad de construir templos católicos en todas las ciudades y pueblos, muchos laicos han ofrecido sus hogares como lugar de culto y para realizar las actividades propias de la Iglesia en su entorno. Son las llamadas casas de oración o de misión, que han merecido el reconocimiento de SS Francisco en su visita a la Isla y que al igual que la familia de Nazaret nutren la vida de fe de estas comunidades. La Capilla de la Inmaculada fue construida en mediados del siglo XX, en un barrio de clase media, cerca del Puerto de Nuevitas. Con el tiempo se fue deteriorando significativamente al punto que resultó imposible continuar realizando las celebraciones litúrgicas. Fue entonces que la casa de Lila acogió las misas, abriendo sus brazos a la visita de la bendita imagen de la Virgen peregrina en el 8 de marzo de 2011. En casa de Adriana se realizaban las catequesis. Y cuando comenzó la construcción de la capilla fue Isabel quien hizo muchos pucheros para alimentar a los constructores. El 24 de junio  de 2013 fue inaugurada la nueva capilla que lleva sobre si los sudores de sus hijos y que es un faro de amor y fe para todos los que llegan al pueblo de Tarafa. En la actualidad este trio de señoras, sigue animando la comunidad. Cada una tiene sus problemas y preocupaciones, pero en medio de sus vidas han plantado a Jesucristo y se sienten obligadas a darle a conocer a los demás.

Orali de misionera en Baracoa

Al preguntarles sobre lo que más les ha impresionado en su vivencia religiosa, Adriana responde: “De niña hice mi primera comunión y he vivido siempre al lado de la capilla, sin embargo durante varios años estuve alejada de la comunidad y en la década del 90 volví como una gran parte de los católicos, fruto de la misión realizada por el hermano Lázaro Guerra. Fue un renacer y desde esa experiencia espiritual mi vida cambió y mi compromiso se ha hecho cada vez más fuerte con Jesús y con la Iglesia”. Isabel agrega: “Hasta los 13 años fui alumna de las salesianas del Colegio María Auxiliadora de Nuevitas y cuando se fueron las monjas y los curas de Cuba emocionalmente algo se quebró en mí, porque no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Unos años después me volví a integrar a la Iglesia, donde me encuentro desde entonces participando activamente”, Lila confiesa: “Haber conocido a Dios, su compañía, tengo testimonios de su misericordia y bondad, en mi relación con mi familia pudiéndola acompañar en los momentos difíciles que hemos tenido. El ser misionera en Baracoa en 2010, me llenó mucho el corazón y me eliminó el temor de dirigirme a las personas”.

Es una realidad que en Cuba no hay suficientes sacerdotes y religiosos para cubrir todas las necesidades pastorales, de modo que existe un espacio de vacío religioso importante, que requiere de la acción y entrega de los fieles laicos. La valentía de los buenos católicos cubanos que nos han precedido -como el Venerable Félix Varela- y de todos aquellos que siguen dando guerra por el Evangelio, son una antorcha para iluminar los caminos a seguir en pos de una vivencia auténtica de la fe, que alcance la vida diaria individual y colectiva, los medios de comunicación, la política y la formación religiosa institucional.

 

 

Este artículo fue publicado en la Revista Católica Española Buena Nueva (www.buenanueva.es), seguidamente les pongo la referencia bibliográfica:

 

Zurita Siam, Yasmany, “Los laicos en Cuba, como levadura en la masa”, Revista Buena Nueva, Nro. 64, Mayo-Junio, España, 2017, pp. 60-65.

 

11 respuestas a “Los laicos en Cuba, como levadura en la masa.

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  1. Interesante articulo, toca muchos temas de interes, en especial el de las personas que no cejaron en su Fe, los que no abandonaron, el templo más cercano a mi casa, gracias a que se mantuvo ocupado por dos señoras, cuando los sacerdotes fueron expulsados hoy fuera una cidadela u otra cosa, hoy la Iglesia cubana necesita de fieles verdaderamente comprometidos, digo fieles desde los obispos hasta el laico verdaderos testigos de la fe, vivimos tiempos muy difíciles, de oscuridad y desesperanza, tenemos que seguir a Cristo, por poca esperanza que haya, Dios nunca incumple una promesa y Él dijo que estaría con nosotros hasta el fin del mundo.
    Le deseo exitos en su blog. Saludos desde la Habana

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  2. Gracias por tu publicacion, que Dios te bendiga y sigue adelante con tu obra. No sabes el bien que me ha hecho el leerla. Yo soy un cubano Franciscano Secular de la Comunidad de Santa teresa de Avila en Nueva Orleans. De ahora en adelante estaras en mis oraciones y en las de mi comunidad, espero que tu tambien ores por mi. y otra vez, !Que Dios te bendiga!

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    1. Gracias Ernesto por tu mensaje de aliento. Tengo más artículos, pero lamentablemente no soy bueno con wordpress.com, espero poder estudiar y mejorar el blog. Gracias por tu oración. Yo también aspiro a ser parte de la familia franciscana. Recibe un fuerte abrazo de paz y bien.

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